domingo, 21 de octubre de 2012



ESPIRITUALIDAD FRANCISCANA   AL
SERVICIO DE LA IGLESIA.

Entrevista a Monseñor
José Elías Rauda Gutiérrez

Para esto os envió Dios al mundo entero,
para que de palabra y obra deis testimonio de que el Señor es el único omnipotente”
(San Francisco de Asis)



Servicio de entrega y dedicación en la vivencia diaria
El servicio a la comunidad es esencial y fundamental en la vida de toda persona  humana, este compromiso es cultivado en el seno de la familia y fortalecido con el encuentro con nuestro Señor Jesús. Esta es la experiencia de vida de Monseñor Elías Rauda quien heredó de su Padre el servicio de entrega y dedicación en la vivencia diaria.

Desde muy joven, sintió el llamado de Dios para servirle a la comunidad cristina desde la espiritualidad Franciscana “Desde niño venía embelesado por ser fraile” afirmó, y en el seminario San José me encontré con el padre Ladislao Segura. “Mirá, si venís al seminario vas a ser diocesano”. Y yo le dije: “no, yo franciscano quiero ser”. Se puso a reír y me dirigió a Planes de Renderos”.

La expresión  de la espiritualidad, se resaltan en aspectos como: la fraternidad, diligencia y la entrega pastoral, atención a todos en la comunidad, no solo la hizo a los católicos, sino también a los alejados, esta entrega la expresa recordándonos que la labor pastoral de servicio, es fundamentado en el Evangelio de Marcos 10,45: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos”.

La Espiritualidad Franciscana, Monseñor Elías, la hace vida desde dos énfasis claves:

El primero, es el servicio a la comunidad cristiana desde la entrega a la Iglesia desde el fortalecimiento de la acciones de evangelización, a través del conocimiento de cada una de las parroquias para lograr una cercanía a la gente, fortalecer el trabajo de la pastoral de conjunto al acompañamiento del clero organizando y facilitando retiros espirituales para fortalecer la vocación sacerdotal todo ello para ser ministro de esperanza, centrado en la experiencia viva de Cristo.

En tal sentido, expresa el apostarle a un proceso de Nueva Evangelización impulsando el proceso de planificación pastoral que muestre las acciones pastorales a realizar en parroquias y comunidades cristianas.

El segundo énfasis es el proceso de promoción de la persona humana, desde la ejecución de proceso, programa y proyecto, que ayude a fortalecer y descubrir las capacidades de las personas hacia el servicio a la comunidad, desde la concreción en acciones de desarrollo humano.

Su pasión por el proceso de promoción humana, lo refleja cuando expresó “los agricultores de Cabañas, me han solicitado maíz pequeño” ya que estos son más resistente a los fuertes viento, prefieren el grano pequeño a poner en peligro las cosechas de las familias campesinas. También lo hace realidad en la casa obispal, en donde se ha logrado cultivar tomate, pepino, maíz, ayote, papaya, espinaca, etc. así como en la entrega de semillas a las personas que lo solicitan.

Llama mucho la atención su expresión “hasta tengo un hospital” para la recuperación de aquellas plantas que necesitan un cuido especial y una vez recuperadas dan los frutos como agradecimiento a su cuidador y muestra de las  benciones de Dios a través de la cosecha. Uno de su principal interés de acciones de promoción humana, a través de la promoción de la Pastoral Campesina, es acompañar a las familias en el proceso de producción de alimentos a través de la implementación de huertos caseros, diversificación productiva, tomando como experiencia sus huertos implementados en el patio de la Casa Episcopal.

La expresión de su dedicación a la evangelización desde estos dos énfasis, se expresa en la cruz, colocado en el medio del patio de su casa adornado con los frutos del huerto, así como de los frutos de las comunidades. Esto muestra la espiritualidad francisca en la que reconoce que el centro del servicio a la comunidad y a las personas es Dios manifestado en Jesús, en donde la persona humana es reconocida como Hijos de Dios, criatura de Dios que deben ser redimida y en la cual se logra reconocer la armonía de la creación que es entregada a los hombres para que sean transformada y que produzcan buenas cosechas a través del encuentro armonioso con el contacto con la naturaleza.

La vida de Monseñor Elías Rauda, al servicio de la comunidad a través de acciones que logren evangelizar como lo expresa el Salmo 8 “¿Qué es el hombre para que te acuerde de él?”  para merecer tan agradable acompañamiento del pastor que acompaña, anima y fortalecer el caminar hacia la entrega en el servicio.

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